Kristoff S. Lewinston

Kristoff Stephen Lewinston
Khris
26 años
Dealer
Suizo-americano
Baja
Criminals

Kristoff nació en el seno de una familia que él ha considerado pobretona en todo momento. Carentes de dinero, carentes de ilusiones, carentes del impulso necesario para alcanzar algo más y superarse. Ser parte de un grupo de siete miembros familiares viviendo en la misma casa en la que sus abuelos crecieron y murieron (restando la posibilidad de obtener un buen precio al venderla) se vuelve una tortura cuando tus padres no quieren salir de su estado económico bajo.

El resentimiento se hizo parte de su personalidad mientras los primeros ápices de rebeldía se presentaban. Se le encontraba robando, fumando, o metiéndose en peleas callejeras con chicos de otras etnias y tendencias. Llamar la atención se convirtió en su especialidad suya, a veces quería que sus padres le notaran (ser el hijo de en medio tenía sus problemas), a veces buscaba la mirada de sus hermanos mayores, y en otras incluso anhelaba que algún trabajador social platicara con él y le alejara del ambiente turbio que tenía en casa.

Pero nada de eso llegó.

En su lugar, Kristoff dejó de ser un adolescente mientras perdía la oportunidad de estudiar una carrera universitaria. No es que tuviera mucho interés por hacerlo para ser sincero, pero el hecho de que sus padres no pudieran pagarle le fastidió bastante. Decidió abandonar su hogar por completo cuando le exigieron trabajar en un supermercado para que pudiera ayudar a pagar la universidad de su hermano menor un año después. Aquello se convirtió en el colmo y Kristoff perdió todo afán alguno por ayudar a las personas que no habían hecho nada por él.

Al largarse de ese lugar Kristoff visitó una serie de ciudades a lo largo del país, se transportó de New York a Chicago, de Chicago a Washington, de Washington a Maine, y así sucesivamente hasta que encontró cobijo en Beverly Hills. Quedarse ahí fue meramente para cooperar ayudando a un par de personas de mala reputación. Se convirtió en un dealer, por así decirlo, pero era más que nada un asistente que mantenía en orden la situación y miraba con cara de pocos amigos a todo aquel cliente que tratase de sobrepasarse con el dealer verdadero. Vivir en las calles o en departamentos malos se ha vuelto así como su costumbre los últimos meses.

Kristoff es un chico de apariencia algo distante. Se le conoce por no inmiscuirse en los asuntos personales de otros y mostrar una apatía a sus problemas, cree que cada quien debe resolver sus conflictos en casa y preguntar a otros por consejos es una manera patética de buscar atención.

Se mantiene en silencio en muchas ocasiones, cuando habla tira una serie de comentarios venenosos que pueden ofender a desconocidos, sus amigos ya saben cuál es su comportamiento y lo aceptan como su manera particular de hablar. No demuestra mucho cariño a primera instancia y no puedes esperar un abrazo o un beso de su parte, considera innecesaria la muestra de afecto o la melosidad que otros tanto anhelan.

Es un tanto materialista y superficial, la carencia de dinero le ha hecho sentirse necesitado de éste, le busca con constancia y es lo que le mete en problemas, la ambición no es buena amiga de alguien desamparado.

Agresivo, burdo, utiliza palabras malsonantes y comportamientos indebidos con frecuencia. No tiene demasiados modales y eso se puede ver en el primer minuto en que hablas con él.