Casting para Leith Hohenstauffen

Como buen periodista que siempre se ha considerado, en cualquier situación que le surge le gusta añadir un titular, simulando como sería si aquella historia se publicase en el periódico. Sin embargo, aquel día merecía ser mejor olvidado que no otra cosa. "Exclusiva: Estudiante de periodismo repite tercer curso por desconocimiento de la materia." Titular sensacionalista que haría más que añicos su futura carrera como periodista de relevancia e informador con criterio. Era una pena pero así se trataba. Los "encantadores" profesores de economía de la comunicación y de sistemas tecnológicos de la información, habían decidido independientemente añadir un examen a todas las actividades que el joven alemán ya tenía programadas para el viernes de aquella semana de primavera. Aunque le parecía todo aquello muy sospechoso y se había prometido que estudiaría la situación en un futuro próximo.

Ya preparado con sus ropas habituales, sus gafas bien limpias y su mochila llena de los libros y libretas, salió de casa despidiéndose de su tía abuela. ¿A qué no sabéis que tiene a parte de los dos exámenes? Fácil de responder, dos seminarios más y después asistir a la reunión semanal del periódico de la universidad para tratar los temas "de actualidad." Vamos, chorradas varias, pues en aquel antro moderno y de tan supuesta buena reputación nunca acontecía nada. ¡Mira! Qué bonito oxímoron se le había ocurrido. Bien Leith, se nota que aún no has perdido tu increíble capacidad de las palabras.

Llegando al lugar activó su mirada asesina e ignoró a todo aquel que se le acercase. Siempre ha sido una persona alegre y simpática, que se relaciona con facilidad y que dispone de una agenda llena de números a los que llamar si necesita salir de su casa y despejarse un rato. Mas todo estudiante de unos 15 kilómetros a la redonda, conoce, dispone de la información en la que se indica explícitamente que: cuando Leith tiene un examen o una presentación en la que se juega una gran parte de su nota final y por lo tanto su carrera y su futuro, es mejor que nadie le hable, o si no recibirá un castigo en forma de titular acusatorio a su persona que podría arruinar su reputación. Y es por eso que nadie intentó entablar conversación con él, dejándolo a su aire y así pudiendo tranquilizarse, ni que fuera mínimamente. - Buenas... - Fue lo único que salió de su boca, cuando entró en la sala donde se iba a celebrar el examen. Miró a sus compañeros y se sentó sacando de su bolsa todo el material necesario. Estaba listo para lo que le pusieran delante..., o casi todo.